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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Moniciones del 26 Domingo del Tiempo Ordinario

XXVI Domingo del Tiempo Ordinario

28 de septiembre de 2014


Moniciones

MONICIÓN DE ENTRADA
Os deseamos nuestra más cordial bienvenida en este último domingo de septiembre que celebramos el XXVI del Tiempo Ordinario. Nos abrimos a nuevos trabajos, a nuevos compromisos. Jesús de Nazaret nos pide que en reflexionemos todos juntos sobre la autenticidad de nuestras palabras y nuestras acciones: hoy, la Palabra de Dios nos pone muy claro el compromiso que entraña decir SÍ. El problema de nuestro tiempo es que nos cuesta mucho comprometernos. Decimos SÍ con facilidad, pero si ese lleva detrás un compromiso serio, la cosa no es tan fácil. Creemos merecerlo todo porque hemos dicho "voy Señor”, y no nos damos cuenta que no engañaremos a Dios por un  no madurado. Dios ve en lo profundo del corazón, y sabe lo que algunas afirmaciones, no sentidas, encierran. Dispongámonos, pues a iniciar la Eucaristía con el firme propósito de revisar nuestro Sí. Pero hagámoslo con alegría pues Dios nos perdona y nos ayuda siempre. Y por ello iniciemos nuestra eucaristía con gran gozo y mucha esperanza.

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- El profeta Ezequiel nos invita, en la primera lectura, a modificar nuestra manera de vivir. Siempre hay posibilidad de cambio, siempre existe la posibilidad del arrepentimiento, de mejorar la conducta, de optar por el bien. Sin embargo nosotros despreciamos a determinadas personas que se cruzan en nuestro camino, olvidando que su arrepentimiento puede ser mayor que el nuestro.

S.- Este salmo 24 es una súplica del creyente ante una situación de angustia. Y era una oración muy frecuente entre los judíos contemporáneos de Jesús por la que pedían que el Señor les guiase por el camino justo, el de la verdad y de la justicia. Tambien a nosotros nos puede servir hoy para rectificar y recobrar la inocencia, volviendo al Padre que nos espera.

2.- En la segunda lectura San Pablo nos recuerda cómo Cristo se hizo siervo y bajó hasta tocar la mayor humillación, ocupó el último puesto hasta llegar a anonadarse, marcando así el camino a sus seguidores. Sin embargo la vida común parece olvidarse de ello. Buscamos el prestigio, el ascenso, los títulos, los honores y por desgracia, a veces lo buscamos, en nombre del que arrinconó los privilegios para hacerse esclavo.

3.- El evangelio de Mateo nos recuerda todas esas veces que somos fieles sólo de fachada. Somos correctos, respetamos las formas pero rechazamos una fidelidad que supone sacrificio, un compromiso hondo, una entrega por amor, una generosidad sin excepciones, una vida que grite a los demás. No nos engañemos creyendo que tenemos el Reino en posesión. Otros a los que precisamente catalogamos de irresponsables, quizá se hayan conmovido con la invitación de Cristo y hayan respondido el SÍ con su arrepentimiento. Pensemos que nunca se acaba de ser cristiano de verdad.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Moniciones del 23 Domingo del Tiempo Ordinario

XXIII Domingo del Tiempo Ordinario

7 de septiembre de 2014


Moniciones

MONICIÓN DE ENTRADA
Sed todos bienvenidos a la Eucaristía. Y todavía está muy cerca de nosotros la JMJ, la amplia catequesis del Papa en Madrid. En fin… este primer domingo de septiembre ya muchos habrán vuelto de sus vacaciones y otros acabarán de llegar a sus lugares de descanso. Es verano todavía. Aunque en el hemisferio austral es pleno invierno. Pero estemos donde estemos, sabemos que la compañía de los hermanos y hermanas nos ayuda a sentirnos unidos y en comunión con la mesa del Pan y de la Palabra siempre. Un domingo más nuestra asamblea demuestra que somos un pueblo unido en torno a dos grandes ideas: el amor a Dios y al prójimo. Así descubriremos que el mensaje fundamental de la Escritura en este Domingo 23 del Tiempo Ordinario: que trabajemos con alegría para la salvación de todos los hombres y mujeres de la tierra. Recibamos, pues, con alegría al sacerdote que nos mostrará, por la gracia del Espíritu Santo, la presencia del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo ante nuestros ojos.

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- En la primera lectura, que procede del capítulo 33 del Libro de Ezequiel, Dios mismo nos advierte sobre lo malo de la omisión a la hora de advertir al prójimo ignorante de su falta. Y por tanto no excluye que se denuncie el mal, ya sea personal o colectivo. Pero hacerlo con amor y humildad.
S.- El salmo 94 es una oración de alabanza dirigida a la generosidad de Dios, creador de todo. Pero se completa con una advertencia en forma de recuerdo histórico: cuando el pueblo judío endureció su corazón en la travesía del desierto. Nuestro ánimo ha de estar siempre alegre esperando la generosidad del Señor, aunque, a veces, parece que falta.
2.- Según Pablo en su carta a los Romanos –que es nuestra segunda lectura de hoy-- es el amor, lo que hace el bien a los hermanos y lo que, evidentemente, limitará cualquier exceso en la capacidad de advertencia o corrección.
3.- En el Evangelio --del capítulo 18 de Mateo-- es el mismo Jesús quien nos indica la fórmula de corrección en comunidad. Y serán sus últimas palabras del párrafo de San Mateo las que contendrán una promesa impresionante. Jesús estará en medio de nosotros en cuanto “dos o tres” nos reunamos para hablar con Él. Es todo un gran programa de relación con el Salvador. No deberíamos olvidarlo nunca.